Aquí va el análisis del segundo libro: "Gente tóxica" del psicólogo argentino Bernardo Stamateas. Este libro fue escrito en el año 2008 y trata sobre las personas que nos complican la vida y cómo evitar que sigan haciéndolo, para ello analiza diferentes tipos de personalidades tóxicas: los meteculpas, el envidioso, el descalificador, el agresivo verbal, el falso, el psicópata, el mediocre, el chismoso, el jefe autoritario, el neurótico, el manipulador, el orgulloso y el quejoso. Para ir abriendo boca, aquí os dejo con una breve introducción sobre los meteculpas:
Con todo lo que yo hice por ti, ahora ¿me pagas así?
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y, al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a otros. La culpa es una emoción que nos paraliza, que nos impide seguir desarrollando todo el potencial que tenemos; la culpa es venganza, enfado y boicot contra uno mismo.
Vivir con culpa es vivir con cadena perpétua. Es condenarse a vivir insatisfecho, reprochándonos todo el tiempo por la vida que nos ha tocado vivir. Si le damos permiso a la culpa para que crezca y ocupe cada vez más espacio dentro de nuestras emociones, ésta se convertirá en la causante de una depresión que sabremos donde empieza pero no donde termina.
Mensajes del meteculpas:
Primer mensaje: "Sigue participando".
Hagas lo que hagas, nunca será suficiente para conformar al otro, para colmar las expectativas de aquellas personas que te manipulan a través de la culpa.
Segundo mensaje: "Mi dolor es mayor que el tuyo".
¿Te ha pasado alguna vez que necesitabas contarle a alguien una situación por la que estabas pasando y de repente te has encontrado consolando a tu interlocutor?
Tercer mensaje: "Eres responsable de lo que he hecho".
En este caso resultamos ser nosotros los culpables de las quejas y de las angustias de los demás. Han sido nuestras palabras y nuestras acciones las que han determinado el malestar de las otras personas. ¡Falso! esto también es manipulación. Dependen de cada uno de nosotros las emociones que sintamos, el valor que le damos a la palabra de los otros y las reacciones que tengamos.
Todos los seres humanos tenemos derecho a ser felices y a vivir sin culpas. Obsesionarte con la culpa sólo traerá dolor y heridas a tu alma y a tu cuerpo. Cambia lo que sea necesario y sigue hacia delante: si te has equivocado pide perdón, deshazte de las culpas falsas y se feliz, no quieras cambiar a nadie: sólo cambia quien decide cambiar
De noventa enfermedades, cincuenta son producidas por la culpa y las otras cuarenta, por la ignorancia.
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